¿Te has preguntado alguna vez cuál es el capítulo más largo de la Biblia? Pues este es el Salmo 119, con una longitud de 176 versículos que lo hacen una obra única y de gran importancia para el cristianismo. ¡No te lo pierdas!
Salmo 119 de la Biblia Católica
La Palabra de Dios plasmada en las Sagradas Escrituras, es uno de los ejes principales de nuestra religión. En la Biblia encontramos los fundamentos de nuestra fe, así como algunas pautas de comportamiento que nos indican cómo seguir el camino de Dios.
El Salmo 119 es una alabanza a la Palabra de Dios en todos sus aspectos, y su autor, como pronto descubrirás, quiso dejarlo muy claro.
Es el capítulo más largo de toda la Biblia y por esto tiene un peso muy importante dentro del Libro de los Salmos. Los detalles que esconde esta obra de arte son soberbios, y en Tu Biblia Online te acompañaremos para explicártelos, para que puedas gozar del poder infinito que transmiten las palabras del texto.
Sin entretenernos más, vamos a ver todo lo relacionado con el Salmo 119 de la Biblia Católica, su contexto y sus versículos más importantes. ¡Empecemos!
Salmo 119 completo en vídeo
Sabemos que el Salmo 119 es largo, pero te recomendamos encarecidamente que le dediques unos minutos de tu día, para conocerlo, ya que es de trascendental importancia.
Aunque siempre viene bien un rato de relajación escuchando la Palabra de Dios, si prefieres leerlo, en la siguiente sección encontrarás el texto escrito.
Salmo 119 de la Biblia en español y letra grande
Como te hemos comentado, a continuación encontrarás todos los versículos que componen el Salmo 119 de la Biblia Reina-Valera 1960, en español y letra grande. Fíjate en todos los detalles del texto, ¡a ver si encuentras alguno que no aparezca en nuestra explicación de más adelante!
1 Bienaventurados los perfectos de camino,
Los que andan en la ley de Jehová.
2 Bienaventurados los que guardan sus testimonios,
Y con todo el corazón le buscan;
3 Pues no hacen iniquidad
Los que andan en sus caminos.
4 Tú encargaste
Que sean muy guardados tus mandamientos.
5 !!Ojalá fuesen ordenados mis caminos
Para guardar tus estatutos!
6 Entonces no sería yo avergonzado,
Cuando atendiese a todos tus mandamientos.
7 Te alabaré con rectitud de corazón
Cuando aprendiere tus justos juicios.
8 Tus estatutos guardaré;
No me dejes enteramente.
Bet
9 ¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra.
10 Con todo mi corazón te he buscado;
No me dejes desviarme de tus mandamientos.
11 En mi corazón he guardado tus dichos,
Para no pecar contra ti.
12 Bendito tú, oh Jehová;
Enséñame tus estatutos.
13 Con mis labios he contado
Todos los juicios de tu boca.
14 Me he gozado en el camino de tus testimonios
Más que de toda riqueza.
15 En tus mandamientos meditaré;
Consideraré tus caminos.
16 Me regocijaré en tus estatutos;
No me olvidaré de tus palabras.
Guímel
17 Haz bien a tu siervo; que viva,
Y guarde tu palabra.
18 Abre mis ojos, y miraré
Las maravillas de tu ley.
19 Forastero soy yo en la tierra;
No encubras de mí tus mandamientos.
20 Quebrantada está mi alma de desear
Tus juicios en todo tiempo.
21 Reprendiste a los soberbios, los malditos,
Que se desvían de tus mandamientos.
22 Aparta de mí el oprobio y el menosprecio,
Porque tus testimonios he guardado.
23 Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí;
Mas tu siervo meditaba en tus estatutos,
24 Pues tus testimonios son mis delicias
Y mis consejeros.
Dálet
25 Abatida hasta el polvo está mi alma;
Vivifícame según tu palabra.
26 Te he manifestado mis caminos, y me has respondido;
Enséñame tus estatutos.
27 Hazme entender el camino de tus mandamientos,
Para que medite en tus maravillas.
28 Se deshace mi alma de ansiedad;
Susténtame según tu palabra.
29 Aparta de mí el camino de la mentira,
Y en tu misericordia concédeme tu ley.
30 Escogí el camino de la verdad;
He puesto tus juicios delante de mí.
31 Me he apegado a tus testimonios;
Oh Jehová, no me avergüences.
32 Por el camino de tus mandamientos correré,
Cuando ensanches mi corazón.
He
33 Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos,
Y lo guardaré hasta el fin.
34 Dame entendimiento, y guardaré tu ley,
Y la cumpliré de todo corazón.
35 Guíame por la senda de tus mandamientos,
Porque en ella tengo mi voluntad.
36 Inclina mi corazón a tus testimonios,
Y no a la avaricia.
37 Aparta mis ojos, que no vean la vanidad;
Avívame en tu camino.
38 Confirma tu palabra a tu siervo,
Que te teme.
39 Quita de mí el oprobio que he temido,
Porque buenos son tus juicios.
40 He aquí yo he anhelado tus mandamientos;
Vivifícame en tu justicia.
Vau
41 Venga a mí tu misericordia, oh Jehová;
Tu salvación, conforme a tu dicho.
42 Y daré por respuesta a mi avergonzador,
Que en tu palabra he confiado.
43 No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad,
Porque en tus juicios espero.
44 Guardaré tu ley siempre,
Para siempre y eternamente.
45 Y andaré en libertad,
Porque busqué tus mandamientos.
46 Hablaré de tus testimonios delante de los reyes,
Y no me avergonzaré;
47 Y me regocijaré en tus mandamientos,
Los cuales he amado.
48 Alzaré asimismo mis manos a tus mandamientos que amé,
Y meditaré en tus estatutos.
Zain
49 Acuérdate de la palabra dada a tu siervo,
En la cual me has hecho esperar.
50 Ella es mi consuelo en mi aflicción,
Porque tu dicho me ha vivificado.
51 Los soberbios se burlaron mucho de mí,
Mas no me he apartado de tu ley.
52 Me acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos,
Y me consolé.
53 Horror se apoderó de mí a causa de los inicuos
Que dejan tu ley.
54 Cánticos fueron para mí tus estatutos
En la casa en donde fui extranjero.
55 Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová,
Y guardé tu ley.
56 Estas bendiciones tuve
Porque guardé tus mandamientos.
Chet
57 Mi porción es Jehová;
He dicho que guardaré tus palabras.
58 Tu presencia supliqué de todo corazón;
Ten misericordia de mí según tu palabra.
59 Consideré mis caminos,
Y volví mis pies a tus testimonios.
60 Me apresuré y no me retardé
En guardar tus mandamientos.
61 Compañías de impíos me han rodeado,
Mas no me he olvidado de tu ley.
62 A medianoche me levanto para alabarte
Por tus justos juicios.
63 Compañero soy yo de todos los que te temen
Y guardan tus mandamientos.
64 De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra;
Enséñame tus estatutos.
Tet
65 Bien has hecho con tu siervo,
Oh Jehová, conforme a tu palabra.
66 Enséñame buen sentido y sabiduría,
Porque tus mandamientos he creído.
67 Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba;
Mas ahora guardo tu palabra.
68 Bueno eres tú, y bienhechor;
Enséñame tus estatutos.
69 Contra mí forjaron mentira los soberbios,
Mas yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.
70 Se engrosó el corazón de ellos como sebo,
Mas yo en tu ley me he regocijado.
71 Bueno me es haber sido humillado,
Para que aprenda tus estatutos.
72 Mejor me es la ley de tu boca
Que millares de oro y plata.
Yod
73 Tus manos me hicieron y me formaron;
Hazme entender, y aprenderé tus mandamientos.
74 Los que te temen me verán, y se alegrarán,
Porque en tu palabra he esperado.
75 Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos,
Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.
76 Sea ahora tu misericordia para consolarme,
Conforme a lo que has dicho a tu siervo.
77 Vengan a mí tus misericordias, para que viva,
Porque tu ley es mi delicia.
78 Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han calumniado;
Pero yo meditaré en tus mandamientos.
79 Vuélvanse a mí los que te temen
Y conocen tus testimonios.
80 Sea mi corazón íntegro en tus estatutos,
Para que no sea yo avergonzado.
Caf
81 Desfallece mi alma por tu salvación,
Mas espero en tu palabra.
82 Desfallecieron mis ojos por tu palabra,
Diciendo: ¿Cuándo me consolarás?
83 Porque estoy como el odre al humo;
Pero no he olvidado tus estatutos.
84 ¿Cuántos son los días de tu siervo?
¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?
85 Los soberbios me han cavado hoyos;
Mas no proceden según tu ley.
86 Todos tus mandamientos son verdad;
Sin causa me persiguen; ayúdame.
87 Casi me han echado por tierra,
Pero no he dejado tus mandamientos.
88 Vivifícame conforme a tu misericordia,
Y guardaré los testimonios de tu boca.
Lámed
89 Para siempre, oh Jehová,
Permanece tu palabra en los cielos.
90 De generación en generación es tu fidelidad;
Tú afirmaste la tierra, y subsiste.
91 Por tu ordenación subsisten todas las cosas hasta hoy,
Pues todas ellas te sirven.
92 Si tu ley no hubiese sido mi delicia,
Ya en mi aflicción hubiera perecido.
93 Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos,
Porque con ellos me has vivificado.
94 Tuyo soy yo, sálvame,
Porque he buscado tus mandamientos.
95 Los impíos me han aguardado para destruirme;
Mas yo consideraré tus testimonios.
96 A toda perfección he visto fin;
Amplio sobremanera es tu mandamiento.
Mem
97 !!Oh, cuánto amo yo tu ley!
Todo el día es ella mi meditación.
98 Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos,
Porque siempre están conmigo.
99 Más que todos mis enseñadores he entendido,
Porque tus testimonios son mi meditación.
100 Más que los viejos he entendido,
Porque he guardado tus mandamientos;
101 De todo mal camino contuve mis pies,
Para guardar tu palabra.
102 No me aparté de tus juicios,
Porque tú me enseñaste.
103 !!Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!
Más que la miel a mi boca.
104 De tus mandamientos he adquirido inteligencia;
Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira.
Nun
105 Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino.
106 Juré y ratifiqué
Que guardaré tus justos juicios.
107 Afligido estoy en gran manera;
Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.
108 Te ruego, oh Jehová, que te sean agradables los sacrificios voluntarios de mi boca,
Y me enseñes tus juicios.
109 Mi vida está de continuo en peligro,
Mas no me he olvidado de tu ley.
110 Me pusieron lazo los impíos,
Pero yo no me desvié de tus mandamientos.
111 Por heredad he tomado tus testimonios para siempre,
Porque son el gozo de mi corazón.
112 Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos
De continuo, hasta el fin.
Sámec
113 Aborrezco a los hombres hipócritas;
Mas amo tu ley.
114 Mi escondedero y mi escudo eres tú;
En tu palabra he esperado.
115 Apartaos de mí, malignos,
Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.
116 Susténtame conforme a tu palabra, y viviré;
Y no quede yo avergonzado de mi esperanza.
117 Sosténme, y seré salvo,
Y me regocijaré siempre en tus estatutos.
118 Hollaste a todos los que se desvían de tus estatutos,
Porque su astucia es falsedad.
119 Como escorias hiciste consumir a todos los impíos de la tierra;
Por tanto, yo he amado tus testimonios.
120 Mi carne se ha estremecido por temor de ti,
Y de tus juicios tengo miedo.
Ayin
121 Juicio y justicia he hecho;
No me abandones a mis opresores.
122 Afianza a tu siervo para bien;
No permitas que los soberbios me opriman.
123 Mis ojos desfallecieron por tu salvación,
Y por la palabra de tu justicia.
124 Haz con tu siervo según tu misericordia,
Y enséñame tus estatutos.
125 Tu siervo soy yo, dame entendimiento
Para conocer tus testimonios.
126 Tiempo es de actuar, oh Jehová,
Porque han invalidado tu ley.
127 Por eso he amado tus mandamientos
Más que el oro, y más que oro muy puro.
128 Por eso estimé rectos todos tus mandamientos sobre todas las cosas,
Y aborrecí todo camino de mentira.
Pe
129 Maravillosos son tus testimonios;
Por tanto, los ha guardado mi alma.
130 La exposición de tus palabras alumbra;
Hace entender a los simples.
131 Mi boca abrí y suspiré,
Porque deseaba tus mandamientos.
132 Mírame, y ten misericordia de mí,
Como acostumbras con los que aman tu nombre.
133 Ordena mis pasos con tu palabra,
Y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.
134 Líbrame de la violencia de los hombres,
Y guardaré tus mandamientos.
135 Haz que tu rostro resplandezca sobre tu siervo,
Y enséñame tus estatutos.
136 Ríos de agua descendieron de mis ojos,
Porque no guardaban tu ley.
Tsade
137 Justo eres tú, oh Jehová,
Y rectos tus juicios.
138 Tus testimonios, que has recomendado,
Son rectos y muy fieles.
139 Mi celo me ha consumido,
Porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras.
140 Sumamente pura es tu palabra,
Y la ama tu siervo.
141 Pequeño soy yo, y desechado,
Mas no me he olvidado de tus mandamientos.
142 Tu justicia es justicia eterna,
Y tu ley la verdad.
143 Aflicción y angustia se han apoderado de mí,
Mas tus mandamientos fueron mi delicia.
144 Justicia eterna son tus testimonios;
Dame entendimiento, y viviré.
Cof
145 Clamé con todo mi corazón; respóndeme, Jehová,
Y guardaré tus estatutos.
146 A ti clamé; sálvame,
Y guardaré tus testimonios.
147 Me anticipé al alba, y clamé;
Esperé en tu palabra.
148 Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche,
Para meditar en tus mandatos.
149 Oye mi voz conforme a tu misericordia;
Oh Jehová, vivifícame conforme a tu juicio.
150 Se acercaron a la maldad los que me persiguen;
Se alejaron de tu ley.
151 Cercano estás tú, oh Jehová,
Y todos tus mandamientos son verdad.
152 Hace ya mucho que he entendido tus testimonios,
Que para siempre los has establecido.
Resh
153 Mira mi aflicción, y líbrame,
Porque de tu ley no me he olvidado.
154 Defiende mi causa, y redímeme;
Vivifícame con tu palabra.
155 Lejos está de los impíos la salvación,
Porque no buscan tus estatutos.
156 Muchas son tus misericordias, oh Jehová;
Vivifícame conforme a tus juicios.
157 Muchos son mis perseguidores y mis enemigos,
Mas de tus testimonios no me he apartado.
158 Veía a los prevaricadores, y me disgustaba,
Porque no guardaban tus palabras.
159 Mira, oh Jehová, que amo tus mandamientos;
Vivifícame conforme a tu misericordia.
160 La suma de tu palabra es verdad,
Y eterno es todo juicio de tu justicia.
Sin
161 Príncipes me han perseguido sin causa,
Pero mi corazón tuvo temor de tus palabras.
162 Me regocijo en tu palabra
Como el que halla muchos despojos.
163 La mentira aborrezco y abomino;
Tu ley amo.
164 Siete veces al día te alabo
A causa de tus justos juicios.
165 Mucha paz tienen los que aman tu ley,
Y no hay para ellos tropiezo.
166 Tu salvación he esperado, oh Jehová,
Y tus mandamientos he puesto por obra.
167 Mi alma ha guardado tus testimonios,
Y los he amado en gran manera.
168 He guardado tus mandamientos y tus testimonios,
Porque todos mis caminos están delante de ti.
Tau
169 Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová;
Dame entendimiento conforme a tu palabra.
170 Llegue mi oración delante de ti;
Líbrame conforme a tu dicho.
171 Mis labios rebosarán alabanza
Cuando me enseñes tus estatutos.
172 Hablará mi lengua tus dichos,
Porque todos tus mandamientos son justicia.
173 Esté tu mano pronta para socorrerme,
Porque tus mandamientos he escogido.
174 He deseado tu salvación, oh Jehová,
Y tu ley es mi delicia.
175 Viva mi alma y te alabe,
Y tus juicios me ayuden.
176 Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo,
Porque no me he olvidado de tus mandamientos.
Quién escribió el Salmo 119
¿Has leído o escuchado ya los 176 versículos del Salmo 119? Si es así, seguramente ya te habrás dado cuenta de la importancia y el valor de este texto, y tendrás muchas ganas de descubrir todo lo que envuelve su significado.
Para empezar, vamos a darte alguna idea sobre quién fue el autor del Salmo 119.
A diferencia de otros salmos en los que el autor es nombrado en el título o durante el texto, en el Salmo 119 no hay ningún nombre escrito.
A lo largo de los años, los estudiosos de la Biblia lo han atribuido a David, quien se dice que lo fue escribiendo durante toda su vida. Aunque no hay un consenso absoluto sobre ello, esta es la hipótesis más aceptada.
El Rey David escribió la mayoría de los salmos que encontramos en el Libro de los Salmos del Antiguo Testamento. Con ellos, David quería transmitir en forma de composiciones musicales y poéticas las enseñanzas de Nuestro Señor para que sus seguidores vivieran felices en la fe.
Salmo 119 explicación y significado
A continuación analizaremos el significado del Salmo 119, de manera global y también comentando sus versículos más importantes.
Como ya hemos avanzado, este es el salmo más largo y consta de 176 versículos. Como mínimo en 171 de estos versículos, se menciona el concepto de las Escrituras, utilizando alguno de sus sinónimos. Así pues, el tema central del Salmo 119 es la alabanza a la Palabra de Dios y la importancia de las Sagradas Escrituras.
Las palabras que vemos empleadas en el texto son siete: palabra, mandamientos, ley, testimonios, juicios, estatutos y dicho. Aun así, la versión hebrea original del salmo, contenía ocho términos, ya que había dos sinónimos de palabra (imrah y dabar).
Por otro lado, te habrás dado cuenta que el salmo está dividido en 22 bloques de 8 versículos, con un subtítulo en cada uno de ellos. Estos subtítulos son letras del alfabeto hebreo y aparecen en este texto de modo que, en la versión original, la primera letra de cada versículo coincide con la del subtítulo de su bloque. En la imagen puedes ver el alfabeto hebreo completo.
Ahora vamos a centrarnos en el análisis de los versículos más importantes del Salmo 119, es decir aquellos que aportan un mensaje que destaca sobre el resto de versículos.
Salmo 119:1 y Salmo 119:2
El Salmo 119 empieza con dos versículos de gran fuerza, los dos con la misma palabra inicial: bienaventurados.
En estos dos versículos David nos explica que serán felices aquellos que sigan la Palabra de Dios, no solo leyéndola y estudiándola, sino viviéndola en el día a día. Vivir conforme al camino del Señor, es vivir en la perfección; algo difícil de alcanzar para los humanos, pero que siempre debe ser un objetivo a conseguir.
Por otro lado, dado que seguimos el camino de Dios, amamos a las personas que nos rodean y por esto debemos mostrarles la felicidad que aporta vivir acuerdo a la Palabra del Señor.
Salmo 119:9
Este versículo está dedicado a los jóvenes. La adolescencia y los años posteriores. Son etapas de muchos cambios en los que las personas nos definimos tal y como queremos ser, buscando influencias con amistades o ejemplos de más edad, como padres, familiares u otras personas.
Es importante en estas edades tener siempre en cuenta la Palabra de Dios, ya que en la formación de la personalidad de cada individuo, es fácil desviarse y alejarse de Dios.
Si conoces a alguien joven, no dudes en enseñarle las bondades de nuestra religión y la felicidad de la fe, siempre sin forzar ni imponer nada, para que él o ella pueda decidir con libertad.
El camino de Dios es bello por sí solo, y no requiere de imposición.
Salmo 119:10
El versículo 10, nos muestra algo que nos puede parecer preocupante aunque en el fondo es bonito porque nos hace humanos. Por mucho que nos dediquemos al Señor y creamos que nuestra fe es firme, siempre seremos susceptibles a errar y cometer pecados.
Esto no significa que debamos abandonar nuestra dedicación, pero es importante ser conscientes de ello y cultivar más nuestra fe cuando las fuerzas nos fallen. Si lo hacemos así, el Señor velará por nosotros mostrándonos el camino a seguir y no dejará que caigamos.
Salmo 119:11
En el versículo 11, vemos la necesidad de escuchar la Palabra de Dios con el corazón, y no solo interpretarla con nuestras mentes.
El amor es el valor principal del cristianismo juntamente con la fe, y por esto debemos interpretar los sagrados textos desde el amor, buscando siempre la forma de aplicarlos en nuestra vida para hacer un mundo mejor a nuestro alrededor.
Salmo 119:18
En Salmos 119:18, David nos cuenta que para entender las maravillas que se esconden en los textos bíblicos, el Señor debe abrir nuestros ojos. Momento en que entra en juego la fe, una de las palabras más importantes para acercarse a Dios.
Con fe encontraremos la felicidad en la Palabra de Dios y, eso que para muchos es solo un libro, para nosotros será la forma correcta de vivir. Las Sagradas Escrituras llegarán a tu corazón si tú estás en disposición de recibirlas.
Es por esto, que es importante orar regularmente, para tener el corazón preparado y abierto a recibir los mensajes de Dios, ya sea en casa, en el trabajo o en la iglesia.
Salmo 119:50
La Palabra del Señor puede ser un refugio para nosotros cuando estemos tristes o nos sintamos amenazados y con miedo. En la Biblia encontraremos consuelo para nuestras preocupaciones y en casi todas las situaciones, una solución.
Las Escrituras nos hacen llevar una vida plena, nos fortalecen y alimentan nuestro espíritu. Vivir lejos de ellas es caer en el materialismo y en la corriente de la ambición y del poder, tan presentes en el mundo en el que vivimos hoy.
Tenemos que sentir la riqueza de la Palabra, que no tiene nada que ver con las riquezas del mundo material, y alimentar nuestra fe constantemente, como también nos alimentamos de alimentos físicos.
Salmo 119:103
El versículo 103 es lo que lingüísticamente llamamos sinestesia. Una figura retórica que consiste en atribuir aspectos relacionados con las sensaciones a los sentimientos.
En este caso David dice que la Palabra de Dios es dulce para su paladar, refiriéndose así a que es agradable leer los textos bíblicos, escucharlos y también orar con ellos. Se trata de un gran placer, como ponerse miel en la boca, aunque como puedes imaginar no hay comparación en cuanto a magnitud.
Leer las Sagradas Escrituras nos proporciona un placer espiritual, lejos de lo que entendemos por placer material. El placer espiritual es duradero y nos va a ayudar a conseguir una felicidad verdadera que va a llenar de verdad nuestras vidas.
Salmo 119:105
Llegamos ahora al que puede ser el versículo más bonito del salmo, el versículo Salmos 119:105.
Este versículo nos propone la idea de la Palabra de Dios como una guía para la vida, una luz que toda persona debe seguir si quiere ser plenamente feliz.
Las enseñanzas de Nuestro Señor, nos hacen andar con paso firme y seguro, conscientes de que es el camino correcto y del bien. No hay nada que temer cuando tenemos fe.
Dejémonos guiar por el Señor y busquemos en Él nuestra felicidad, ya que solo así, alcanzaremos la vida eterna y un futuro lleno de alegría, paz y sobre todo amor.
Salmo 119:133
En el versículo 133, David comenta el objetivo de conocer las Sagradas Escrituras. Este objetivo es vivir de la forma correcta y alejarse de todos aquellos actos que conlleven maldad.
Aquí se refiere al término de Iniquidad, una palabra que define las injusticias o actos obrados con maldad, valores que quedan lejos de la moral cristiana y que debemos repudiar e intentar corregir si los cometemos o los vemos cometer.
Salmo 119:165
Por último, comentaremos el versículo 165, que habla de los beneficios de llevar una vida acorde con la Palabra de Dios.
Podemos interpretar que en este punto David habla ya, desde la experiencia de haber llevado una vida cercana a Dios, la cual le ha traído felicidad y paz, aun cuando las cosas estaban muy complicadas para él.
Así es, la fe y la oración nos dan la posibilidad de llevar una vida feliz y en paz. Esta motivación nos hace perseverantes en el estudio de la Palabra y es por esto, que cada día nos levantamos con más ganas de conocerla y de ayudaros a entenderla un poco más.
Os compartimos una canción dedicada al este versículo:
Después de este repaso por los versículos más destacados del Salmo 119, habrás podido comprobar que se trata de distintas maneras, las bondades de la palabra de Dios en nuestra vida diaria.
Este salmo nos enseña a comprender muchas cosas desde diferentes puntos de vista, así que te animamos a que te hagas con los versículos que más te hayan resonado en tu interior y los pongas en práctica en tu vida.
Oración del Salmo 119
Seguramente, procesar toda la información que te hemos presentado sobre el Salmo 119 te va a costar digerir de golpe. Y puede que al ser un texto tan largo, no te veas preparado para usarlo como oración.
Por esta razón, antes de seguir con algunas curiosidades sobre el Salmo 119, te proponemos parar un instante y orar con la oración que te dejamos a continuación:
Más información del Salmo 119
Ahora que ya conoces el Salmo 119 con mayor profundidad, vamos a darte algunos datos extras que puedes compartir con tus seres queridos, para descubrirles este precioso salmo.
Dada la longitud y complejidad del texto, el predicador Thomas Manston, escribió en total, más de 1600 páginas repartidas en tres volúmenes acerca de este salmo para profundizar sobre cada uno de los versículos. ¡Un récord difícil de superar!
Además, algunos versículos del Salmo 119 han inspirado composiciones musicales a lo largo de la historia, como por ejemplo Salmos 119:105, que inspiró a Amy Grant en 1984 con la composición de la canción “Thy Word”. A continuación puedes escuchar esta maravillosa pieza, que esperamos que te guste tanto como a nosotros:
¡Con esta canción, acabamos este artículo!
Deseamos con todas nuestras fuerzas, que hayas entendido con el Salmo 119, los beneficios de amar y estudiar la palabra de Dios. Sabemos que ha sido un poco largo, pero no creo que nadie pueda decir que no ha valido la pena este bonito recorrido.
Aprovechamos para darte las gracias por leernos y ¡esperamos verte en el próximo artículo!