Eclesiastés 5 al completo, con explicación y significado

Eclesiastés 5 nos sumerge en profundas reflexiones sobre la vida, el trabajo y la riqueza. Este capítulo, parte de las enseñanzas de Salomón, nos ofrece una mirada crítica hacia la vanidad de las preocupaciones terrenales y la importancia de una vida guiada por la reverencia a Dios. A través de sus versículos, Salomón discute temas como la futilidad del amor excesivo al dinero y los peligros de los votos imprudentes.

Este análisis nos invita a cuestionar nuestras propias prioridades y a considerar cómo nuestras acciones y deseos se alinean con los valores espirituales que verdaderamente enriquecen nuestra existencia.

Eclesiastés 5 al completo en español y letra grande

Eclesiastés 5

  1. Guarda tu pie cuando vayas a la casa de Dios; y acércate más para oír que para dar el sacrificio de los necios, porque no saben que hacen mal.
  2. No te apresures con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios. Porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.
  3. Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de palabras la voz del necio.
  1. Cuando hagas voto a Dios, no tardes en cumplirlo; porque él no se complace en los necios. Cumple lo que prometes.
  2. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas.
  3. No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel que fue un error. ¿Por qué ha de enojarse Dios por tu voz, y destruir la obra de tus manos?
  1. Porque donde hay muchas ensoñaciones y vanas palabras, hay también muchas vanidades; pero tú teme a Dios.
  2. Si ves que se oprime al pobre, y que se viola el derecho y la justicia en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y sobre ellos hay otros más altos.
  3. Además, el provecho de la tierra es para todos; el rey mismo se sirve del campo.
  1. El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el abundar, no sacará provecho. También esto es vanidad.
  2. Cuando los bienes se aumentan, también se aumentan los que los comen; ¿y qué provecho tiene su dueño, sino verlos con sus ojos?
  3. Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho o coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia.
  1. Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal;
  2. que las riquezas se pierden por algún mal negocio, y que engendra un hijo, y nada tiene en su mano.
  3. Como salió del vientre de su madre, desnudo volverá, yéndose como vino, y nada tendrá de su trabajo para llevar en su mano.
  1. Esto también es un mal doloroso; que tal como vino, así se irá. ¿Y de qué le aprovecha haber trabajado para el viento?
  2. También todos sus días comió en tinieblas, con mucho enojo, enfermedad y coraje.
  3. He aquí, pues, lo que yo he visto: bueno y hermoso es comer y beber, y gozar el bien de todo su trabajo con que se afana debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte.
  1. Asimismo, a todo hombre a quien Dios ha dado riquezas y bienes, y le ha concedido poder para comer de ellos, y tomar su parte, y gozar de su trabajo, esto es don de Dios.
  2. Porque no se acordará mucho de los días de su vida; porque Dios le responde con la alegría de su corazón.

Explicación de los versículos de Eclesiastés 5

Desglosamos Eclesiastés 5 versículo por versículo, explorando las profundas reflexiones de Salomón sobre la vida, la riqueza y la reverencia a Dios. Este análisis no solo ofrece una interpretación textual, sino también reflexiones aplicables a nuestro entendimiento moderno de la ética y la espiritualidad.

Guarda tu pie cuando vayas a la casa de Dios; y acércate más para oír que para dar el sacrificio de los necios, porque no saben que hacen mal.

Este versículo nos advierte sobre la importancia de la reverencia y la atención al entrar en un lugar sagrado. No se trata solo de cumplir rituales sin comprensión, sino de escuchar y reflexionar sobre la palabra de Dios, evitando así las acciones insensatas de aquellos que actúan sin verdadera devoción o entendimiento.

No te apresures con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios. Porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.

Aquí, Salomón enfatiza la modestia y la prudencia en nuestra comunicación con Dios. Nos recuerda nuestra posición humilde frente a la divinidad y aconseja cautela en nuestras palabras, sugiriendo que el silencio y la escucha son más valiosos que las muchas palabras.

Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de palabras la voz del necio.

Este versículo conecta el exceso de palabras con la necedad, indicando que hablar mucho a menudo lleva a decir cosas sin sentido o innecesarias. Salomón nos aconseja ser concisos y considerados en nuestro hablar, evitando la verbosidad que caracteriza a los insensatos.

Cuando hagas voto a Dios, no tardes en cumplirlo; porque él no se complace en los necios. Cumple lo que prometes.

La seriedad de hacer promesas a Dios se destaca aquí. Salomón nos insta a cumplir rápidamente nuestros votos, resaltando que Dios valora la integridad y desaprueba la negligencia en cumplir nuestras promesas.

Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas.

Este versículo refuerza la idea del anterior, aconsejando que es mejor abstenerse de hacer promesas si no estamos seguros de poder cumplirlas. La fiabilidad y la sinceridad son cruciales en nuestra relación con Dios.

No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel que fue un error. ¿Por qué ha de enojarse Dios por tu voz, y destruir la obra de tus manos?

Salomón advierte sobre las consecuencias de hablar sin pensar. Este versículo nos llama a ser responsables de nuestras palabras, evitando excusas o justificaciones después de haber cometido errores.

Porque donde hay muchas ensoñaciones y vanas palabras, hay también muchas vanidades; pero tú teme a Dios.

Aquí, se critica la vacuidad de las palabras y los sueños sin fundamento, y se contrasta con el temor reverente a Dios, que debe ser el centro de nuestra vida.

Si ves que se oprime al pobre, y que se viola el derecho y la justicia en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y sobre ellos hay otros más altos.

Este versículo aborda la injusticia social y nos recuerda que hay una jerarquía divina y humana que eventualmente abordará estas injusticias, aunque no siempre veamos resultados inmediatos.

Además, el provecho de la tierra es para todos; el rey mismo se sirve del campo.

Salomón observa que los beneficios de la tierra son para el disfrute de todos, incluidos los gobernantes, destacando la interdependencia entre las personas y la tierra.

El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el abundar, no sacará provecho. También esto es vanidad.

Este versículo critica la avaricia y la búsqueda insaciable de riqueza, declarando que nunca traerá satisfacción verdadera, solo más deseo y vacío, lo cual es vanidad.

Cuando los bienes se aumentan, también se aumentan los que los comen; ¿y qué provecho tiene su dueño, sino verlos con sus ojos?

Salomón reflexiona sobre cómo el aumento de la riqueza simplemente atrae a más personas que quieren consumirla, dejando al propietario sin ningún beneficio real, solo la capacidad de ver cómo otros disfrutan de sus riquezas.

Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho o coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia.

Este versículo contrasta la vida del trabajador, que encuentra descanso independientemente de su riqueza, con la del rico, cuya abundancia le impide encontrar paz y descanso.

Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal; que las riquezas se pierden por algún mal negocio, y que engendra un hijo, y nada tiene en su mano.

Salomón describe la ironía y el dolor de acumular riquezas solo para perderlas en malas inversiones, dejando nada para la próxima generación.

Como salió del vientre de su madre, desnudo volverá, yéndose como vino, y nada tendrá de su trabajo para llevar en su mano.

Este versículo nos recuerda nuestra mortalidad y que, al final, no podemos llevarnos nada material. Salomón subraya la futilidad de acumular bienes terrenales.

Esto también es un mal doloroso; que tal como vino, así se irá. ¿Y de qué le aprovecha haber trabajado para el viento?

Reflexiona sobre la inutilidad de trabajar solo por ganancias materiales, que son efímeras y no nos acompañarán después de la muerte.

También todos sus días comió en tinieblas, con mucho enojo, enfermedad y coraje.

Este versículo pinta un cuadro sombrío de una vida consumida por la ira y la frustración, a menudo acompañada de enfermedad y amargura.

He aquí, pues, lo que yo he visto: bueno y hermoso es comer y beber, y gozar del bien de todo su trabajo con que se afana debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte.

Salomón concluye que lo mejor en la vida es disfrutar de los frutos de nuestro trabajo, una bendición dada por Dios, que es lo que verdaderamente deberíamos valorar.

Asimismo, a todo hombre a quien Dios ha dado riquezas y bienes, y le ha concedido poder para comer de ellos, y tomar su parte, y gozar de su trabajo, esto es don de Dios.

Este versículo reconoce que las riquezas y la capacidad de disfrutarlas son dones de Dios, y deberíamos apreciarlas como tales.

Porque no se acordará mucho de los días de su vida; porque Dios le responde con la alegría de su corazón.

Finalmente, Salomón señala que la verdadera alegría y satisfacción en la vida provienen de Dios, y no de la acumulación de bienes materiales.

Significado y reflexión final sobre Eclesiastés 5

Eclesiastés 5 nos ofrece una profunda reflexión sobre la vanidad de las preocupaciones mundanas y la verdadera esencia de una vida plena. Salomón, con su sabiduría proverbial, nos enseña que la verdadera felicidad y satisfacción no se encuentran en la acumulación de riquezas ni en el frenesí de las palabras y promesas vacías, sino en una vida vivida con reverencia y temor a Dios.

A través de este capítulo, aprendemos que el trabajo diligente y el disfrute de los frutos de nuestro esfuerzo son regalos de Dios. Salomón nos recuerda que debemos acercarnos a Dios con humildad y respeto, valorando las bendiciones simples de la vida diaria sobre las riquezas efímeras. Nos advierte también sobre los peligros de hablar y actuar sin reflexión, y sobre las trampas de la avaricia y la opresión.

Podemos aplicar estas enseñanzas en nuestra vida moderna al enfocarnos en lo que verdaderamente importa: nuestras relaciones, nuestra fe y nuestro compromiso con la justicia y la equidad. En lugar de dejarnos llevar por el consumismo o la búsqueda insaciable de más, Eclesiastés 5 nos invita a encontrar contentamiento en lo que tenemos y a valorar las relaciones y experiencias que enriquecen nuestro espíritu.

Esperamos que este análisis de Eclesiastés 5 te inspire a reflexionar sobre tus propias prioridades y a buscar una vida más significativa y centrada. Te invitamos a explorar más enseñanzas y reflexiones en Tu Biblia Online, donde cada texto y cada palabra están pensados para guiarte en tu camino espiritual y en tu crecimiento personal.

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