Rezar a Dios en la adversidad suele ser más fácil que cuando se vive en la abundancia y la riqueza, puesto que pedir nos cuesta menos que agradecer. Deuteronomio 8 te muestra esta realidad y te invita a ser fiel a Dios en todo momento.
Deuteronomio 8 de la Biblia Católica
Algo común en todas las religiones y culturas es la facilidad con la que el poder, las riquezas y la abundancia nublan la vista de las personas, convirtiéndolas en más egoístas y, especialmente, alejándolas del camino del Señor.
Esto ya pasaba hace más de 2000 años, al inicio de la humanidad y hasta hoy en día tenemos muchos ejemplos en nuestras vidas que indican que nada ha cambiado. Es por esto que en la Biblia puedes encontrar Deuteronomio 8 de la Biblia, ilustrando este problema y dando una solución.
Hoy vamos a analizar este capítulo con todo detalle, no solo su contenido y las enseñanzas que podemos sacar para la vida, sino que también conocerás su contexto histórico y su trasfondo más fundamental.
¡Empecemos con el artículo de hoy sobre Deuteronomio 8!
Deuteronomio capítulo 8 en vídeo hablado
En todos nuestros artículos siempre dejamos una introducción en vídeo al capítulo o texto que vamos a tratar, así que hoy no va a ser distinto.
Con ello prepararás tu corazón para leer y comentar la Palabra de Dios y todo lo que tengas que aprender entrará sin dificultad a todo tu ser; convirtiendo este rato en una sesión de oración para el Señor muy provechosa.
¡Aquí tienes Deuteronomio 8 completo en vídeo!
Deuteronomio 8 en español y letra grande
Una vez escuchado el texto, ahora puedes encontrarlo a continuación completo en formato escrito, extraído de la Biblia Reina Valera 1960, ya que es en esta versión de la Biblia donde as traducciones son más fieles a los textos originales.
La buena tierra que han de poseer
1 Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres.
2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.
3 Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
4 Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años.
5 Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.
6 Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole.
7 Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes;
8 tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel;
9 tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre.
10 Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.
Amonestación de no olvidar a Dios
11 Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy;
12 no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites,
13 y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente;
14 y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre;
15 que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal;
16 que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien;
17 y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.
Deuteronomio 8 18
18 Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.
19 Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis.
20 Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios.
Explicación de Deuteronomio 8
Ahora ya vamos a hacer el comentario bíblico de Deuteronomio 8, que seguramente tenga mucho más sentido después de entender el contexto y el objetivo del libro.
Puedes ver que el texto está dividido en dos partes: en la primera, Moisés recuerda al pueblo como Dios siempre cumple sus promesas y los ha salvado, de modo que ellos deben creer en Él y alabarlo.
En la segunda lanza una amonestación, que seguramente pilló desprevenidos a los que le seguían; pues ellos se pensaban fieles a Dios y no pensaban que fueran a traicionarle en ningún momento. Moisés sabía que no sería así.
Y aquí reside la clave del capítulo, Dios cumple siempre con sus promesas, mientras que los humanos, con nuestra debilidad innata, en muchas ocasiones nos olvidamos de seguir el camino del Señor y caemos en la tentación y el pecado.
Moisés lo recuerda así en los versículos Deuteronomio 8:17 y Deuteronomio 8:18, tras una larga procesión de versículos en los que representa la situación hipotética pero real de las personas enriqueciéndose:
“y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.” (Deuteronomio:17-18)
Cuando las cosas vayan bien en la vida no debes olvidarte del Señor, pues todo lo que tenemos es gracias a Él, a su gracia y a su amor. Nuestro Señor nos da la oportunidad para vivir una vida mejor, pero debemos ser firmes en la fe.
No parece algo difícil a simple vista, sin embargo, el poder y el dinero ciegan a las personas y, en incontables ocasiones, las alejan de la mano de Dios para caer en la desgracia y la infelicidad.
Se dice muchas veces que el dinero no da la felicidad y, esto es bien cierto porque la felicidad verdadera viene de Dios. Solo Él puede alimentar nuestro espíritu de una forma en la que ni la mejor de las comidas puede hacerlo.
Y todo esto con la única acción de creer en Él, de amarlo y de amar las Sagradas Escrituras; que son una fuente de conocimiento ilimitado para guiar nuestras vidas.
Siempre hay buenos y malos momentos en esta vida, y en todos ellos se debe alabar al Señor. De este modo, Él te ayudará a salir de los malos y te protegerá en los buenos y, lo que es más importante; te dará la felicidad de seguirle con todo su amor.
Reflexión de Deuteronomio 8
Para terminar este artículo sobre cómo la abundancia muchas veces nos aleja del Señor y nos lleva por caminos de infelicidad, te traemos una reflexión de Deuteronomio 8, breve pero concisa y provechosa.
¡Esperamos que te guste!
Libro de Deuteronomio
Antes de entrar en lo que sería el análisis bíblico de Deuteronomio 8, vamos a ver un poco en qué contexto bíblico se encuentra el libro al que pertenece este capítulo, quien lo escribió y cuál es su objetivo principal.
Deuteronomio es el quinto y último libro del Pentateuco, el conjunto de los cinco primeros libros de la Biblia y que se agrupan así porque tradicionalmente se han adjudicado a Moisés; pues narran la historia de su vida y sus hazañas.
En orden cronológico los libros son Génesis, Éxodo, Levítico, Números y por último Deuteronomio. Narran pues la historia de la humanidad y, concretamente, del pueblo de Israel desde sus inicios hasta la muerte de Moisés.
Repasemos muy resumidamente los hechos acontecidos previamente: Moisés sacó a los judíos de la esclavitud en Egipto en la historia narrada en el Éxodo y que es conocida por todo el mundo y, después, todo este pueblo estuvo 40 años andando por el desierto.
Fue durante este trayecto donde ocurrió el episodio de los 10 mandamientos en el monte Sinaí y donde se fueron instaurando las bases de nuestra religión con las primeras leyes de acuerdo con la voluntad de Dios.
Deuteronomio es la parte final de este viaje y no es sino una segunda ley, que es literalmente el significado de su nombre. Aquí Moisés llega a la entrada de la tierra prometida y termina su viaje.
Todo esto lo puedes ver en el siguiente vídeo de menos de diez minutos, donde se explican todos los contenidos de Deuteronomio de una forma muy clara y sencilla. ¡No te lo pierdas!
Contexto de Deuteronomio 8
Conocer el contexto bíblico está muy bien para entender el orden de los acontecimientos , pero, ¿dónde se debe situar esta historia en el marco mundial? Ahora, para los más curiosos vamos a ver brevemente el contexto histórico de Deuteronomio 8.
No se sabe con exactitud los años en los que ocurrieron estos hechos, pues estamos hablando de cosas que ocurrieron hace muchísimos años y la Biblia no da muchas referencias que lleguen más allá de la región en que fue escrita.
Sin embargo, los expertos sitúan el personaje de Moisés por el año 1300 a.C., más o menos en ese punto, a la mitad de su vida centenaria. ¡Esto es 1300 años antes de que naciera Jesús!
Muy pocos estados o civilizaciones organizadas existían en esa época y, la mayoría de ellas, se situaban en el Oriente Medio. Entre las más destacadas están el Egipto de los faraones y las primeras ciudades griegas, aunque para nada como las conocemos hoy en día en su máximo esplendor.
Aunque en ese momento también había otras culturas, como Asiria o Babilonia, que aparecen en relatos bíblicos mucho más posteriores, cuando pasaron de pequeños estados a grandes imperios invasores.
En el resto del mundo todo eran pueblos nómadas y algunos de sedentarios que empezaban a dominar la agricultura y la ganadería, aunque mucho más atrasados que los que ya hemos mencionado.
Así pues, la Biblia nos ofrece una fuente de datos históricos muy importante y el pueblo de Israel fue muy avanzado en su tiempo; y todo esto gracias al Señor.
Y aquí llega el momento de despedirse por hoy, siempre con la humildad que el Señor nos pide y recordando que, aunque las cosas vayan bien, Él sigue cumpliendo sus promesas.
¡Que la gracia del Señor esté contigo y nos vemos en el siguiente artículo! Recuerda que puedes compartir estos comentarios bíblicos con tus seres queridos y así todo el mundo gozará de entender y reflexionar sobre la Palabra de Dios.
¡Hasta la próxima!