El perdón es uno de los valores que nos define como cristianos, pero, ¿cómo aparece en la Biblia? En este artículo vamos a ver todo lo relacionado con el perdón en la Biblia y a reflexionar y orar para entender mejor este concepto.
El perdón según la Biblia
Jesús nos enseñó durante su paso por nuestro mundo que Dios es bueno y misericordioso, capaz de perdonarnos aún siendo pecadores y cometiendo todos los errores que cometemos en nuestro día a día.
Para ello solo hace falta buscar al Señor con humildad y abrir nuestros corazones; siendo sinceros sobre los pecados cometidos y reconocerlos ante Él. Nace así la confesión por la que conseguimos la redención de nuestros pecados.
Como no puede ser de otra forma, la Biblia y en especial los Evangelios tienen muchos fragmentos que hablan del perdón, dándonos una idea fundamental sobre este concepto y como incorporarlo en nuestras vidas cristianas.
Esto es lo que vamos a ver hoy, en un artículo dedicado exclusivamente a ver la importancia del perdón en la Biblia.
¡Te damos la bienvenida a Tu Biblia Online!
¿Por qué debo perdonar según la Biblia?
Empezamos este artículo con un precioso vídeo en el que vas a aprender por qué hay que perdonar según la Biblia. En él, vas a ver como el perdón es un don de Dios y que nosotros debemos aplicarlo en nuestras vidas para ser santos como Él.
El vídeo está dedicado al perdón humano, ese que puedes aplicar tú con la gente que te rodea, ya sean familiares, amistades o gente con la que no te llevas muy bien. Y es que, como dice la Biblia, perdona a tu enemigo y serás salvado.
Definición de perdón según la Biblia
Antes de adentrarnos más allá en lo que se refiere al perdón, es necesario ver qué es el perdón según la Biblia, y una vez entendido el concepto, todo lo demás es mucho más fácil.
Una de las mejores definiciones de perdonar la puedes encontrar en Colosenses 3:13, dónde puedes ver que el perdón humano viene por extensión al perdón de Dios, y este debe intentar asemejarse al suyo, es decir, hay que perdonar por amar.
“soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.” (Colosenses 3:13)
Así pues, está escrito bien claro en la Biblia: perdonar es amar. Los cristianos debemos amar a todas y cada una de las personas de este mundo así como a nosotros mismos, aunque muchas veces sea complicado.
Nuestra misión como hijos de Dios es mostrar las Sagradas Escrituras a aquellos que no las conocen con respeto y amor, y cuando todo el mundo conozca el mensaje del Señor, el perdón ya no será necesario y viviremos todos santos en la Gloria de Dios.
Origen de la palabra perdón en la Biblia
Ahora que ya conocemos la definición del perdón en la Biblia, ¿qué os parece conocer el origen de esta bonita palabra?
Sigue leyendo, para encontrar numerosos ejemplos del perdón en la Biblia, que os darán una idea clara de su origen y de como se ha ido tratando este concepto a lo largo del tiempo.
Tipos de perdón según la Biblia
Como ya venimos diciendo a lo largo de este artículo, se pueden identificar fácilmente dos tipos de perdón: el perdón de Dios hacia la humanidad y el perdón entre seres humanos.
La diferencia principal entre los dos tipos es quién da ese perdón, ya que de ningún modo podemos llegar a comparar la infinita capacidad de perdonar de Nuestro Señor con nuestra limitada capacidad.
El perdón humano debe intentarse asemejar al perdón de Dios, aunque difícilmente llegará alguna vez a ser igual dada que nuestra condición débil ante el pecado por naturaleza nos impide perdonar infinitamente.
Aun así, no dejes de intentarlo. Jesús dijo bien en su día a Pedro en Mateo 18:22, “perdonarás hasta setenta veces siete”, siendo un número tan grande que difícilmente alcanzaremos ninguno de nosotros. Pero ese es el objetivo.
“Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” (Mateo 18:22)
Ejemplos de perdón en la Biblia
Pablo de Tarso (San Pablo)
Como seguramente sabrás, Pablo de Tarso era un perseguidor de los primeros cristianos, llegando incluso a matar algunos de ellos en una época en qué las atrocidades estaban a la orden del día.
Sin embargo, el Señor conocía bien el corazón de Pablo y sabía que podía cambiar, de modo que se le reveló mostrándole el verdadero camino y perdonándolo por los daños cometidos. Este es uno de los más grandes actos de amor y perdón de la historia y como no puede ser de otro modo fue dado por el Señor.
A continuación, te dejamos el fragmento bíblico en qué se narra este acto de perdón, para que puedas reflexionar en silencio y darte cuenta del amor infinito de Dios hacia la humanidad.
“Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo;
y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.” (Hechos 9:3-6)
Simón Pedro (San Pedro)
Otro claro ejemplo de perdón en la Biblia lo encontramos en el caso de Simón Pedro. Este fue uno de los discípulos más importantes de Jesús, aunque en numerosas ocasiones dudó de su fe. Puede que por esas dudas, tan humanas, sea el apóstol más relevante y el que debía guiarnos a todos.
El caso es que Jesús le dijo a Pedro que este lo negaría tres veces durante su Pasión, como puedes ver en Mateo 26:34, cosa que se cumplió con exactitud, creando una enorme tristeza en el apóstol.
“Jesús le dijo: En verdad te digo que esta misma noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.” (Mateo 26:34)
Pero el Señor ya tenía una misión encomendada para Pedro y como no, fue perdonado por sus ofensas. Más adelante se convirtió en el fundador de la Iglesia y para los católicos es también el primer papa.
En una de las posteriores apariciones de Jesús, Pedro recibió su misión de guiar a los cristianos en la nueva etapa que tenían por delante. El fragmento correspondiente es el siguiente:
“Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos.
Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.
Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.
De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras.
Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.” (Juan 21:15-19)
El Rey David
El último ejemplo de perdón a un personaje bíblico relevante que te dejamos aquí hoy es el del Rey David. A diferencia de los otros, David vivió muchos años antes, durante la época del Antiguo Testamento en la que la Ley de Moisés era la imperante del momento.
La vida de David fue muy complicada hasta llegar a ser rey de Israel y pasó por muchos altibajos. Fue perseguido durante mucho tiempo y como todo ser humano también pecó.
En 2 Samuel 11, puedes ver como David comete adulterio acostándose con dos mujeres en el mismo capítulo. Esto fue castigado por Dios, aunque luego David consiguió redimirse y el perdón de sus pecados, y se convirtió en uno de los profetas más importantes de nuestra religión.
De su mano se escribió el Libro de los Salmos, muy utilizado en la liturgia actual con composiciones musicales preciosas y de gran poder. Nada de esto hubiera sido posible sin el perdón de Dios.
Solo Dios puede perdonar pecados
¿Y quién tiene la autoridad para perdonar?
Solo el Señor puede dar el verdadero perdón, pues nosotros mismos no tenemos autoridad ninguna y debemos someternos a su poder. Esto bien lo decían los judíos que veían a Jesús perdonar milagros, aunque ellos no creían que Él fuera el Hijo de Dios.
Este ejemplo de perdón en la Biblia lo puedes encontrar en el fragmento en el que Jesús sana a un leproso, perdonándolo de todos los pecados. A continuación te dejamos el texto:
“Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados.
Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?” (Lucas 5:20-21)
Su pensamiento no era erróneo: únicamente Dios puede perdonar pecados. Lo que no se habían planteado era que estaban delante de Dios. Y así fue como el Señor perdonó a tantas personas a través de Jesús, aunque no fue ese el mayor acto de perdón.
Jesús se entregó por nosotros a morir en la cruz para perdonar todos nuestros pecados. Con un solo acto, cargó con la culpa de toda la humanidad y, lo más importante, nos perdonó.
Debemos estar eternamente agradecidos con el Señor por este gran acto de perdón y orar con todas nuestras fuerzas por Él. El Señor es amor infinito y nosotros somos partícipes de su amor.
Un solo bautismo para el perdón de los pecados
Hay muchas oraciones cristianas dedicadas al Señor en las que interviene en algún momento el perdón. El ejemplo más claro que tenemos es el Padre Nuestro, en el que intervienen en una misma frase los dos tipos de perdón que hemos mencionado en este artículo:
“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” (Mateo 6:12)
En esta oración creada por el mismísimo Jesucristo y que tantas veces hemos rezado todos los cristianos le pedimos a Dios que nos perdone y nos comprometemos a perdonar a las personas del mismo modo que Él hace con nosotros.
Otra oración muy relevante para la mayoría de los cristianos es el Credo. En ella se profesan todas las creencias que debe tener un cristiano y, como no puede ser de otra forma, también habla del perdón.
Te lo dejamos a continuación, por si no lo conoces o quieres leerlo otra vez hoy y confirmar tu fe. Fíjate en las últimas líneas y no te preocupes si no las entiendes, luego te haremos una explicación.
Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible;
y en un solo Señor, Jesucristo, el unigénito de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos,
luz de luz,
Dios verdadero de Dios verdadero;
engendrado, no creado, consustancial con el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros los hombres y por nuestra salvación
bajó del cielo
y se encarnó por obra del Espíritu Santo
y de María la Virgen
y se hizo hombre;
por nuestra causa fue crucificado
en tiempo de Poncio Pilato
y padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día
según las Escrituras
y subió al cielo;
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria, para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre;
que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria,
que habló por los profetas.
En una Iglesia santa, católica y apostólica.
Confesamos un solo bautismo para la remisión de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.
La línea referente al bautismo, nos muestra como es este sacramento el que nos abre la puerta a la luz del Señor y nos perdona nuestros pecados para vivir en felicidad. Únicamente nos podemos bautizar una vez, y este bautismo se renueva cada vez que nos confesamos ante Dios.
Gracias al bautismo tenemos la oportunidad de salvarnos y recibir la gracia de Dios, aunque esto no nos quita la responsabilidad de obrar bien y evitar caer en la tentación. Aunque bautizados, seguimos siendo humanos.
Aquí termina nuestro artículo de hoy sobre el perdón. Recuerda que Jesús nos enseñó que perdonar es amar y debemos dar el perdón en nuestras vidas para intentar ser más santos y crear un mundo mejor.
Recuerda que perdonar no significa ser débil y es un acto de amor al Señor y al resto de personas a las que esto afecta. Con el perdón te sentirás mucho mejor así que ¡no dudes en confesarte cuando sea necesario!
Por nuestra parte esto es todo, deseamos que este artículo te haya servido de ayuda y ¡esperamos verte en el siguiente!