El capítulo 57 del libro de Isaías se sumerge en temas profundos de justicia, idolatría y redención. Este pasaje bíblico, escrito por el profeta Isaías, aborda la realidad de un pueblo que se ha desviado de los caminos de Dios, pero también destaca la misericordia divina hacia aquellos que mantienen su fe.
A través de una serie de reproches y consuelos, Isaías 57 nos ofrece una perspectiva única sobre cómo la justicia divina y la compasión se entrelazan, ofreciendo esperanza incluso en medio de la rebeldía.
Isaías 57 al completo en español y letra grande
Isaías 57
- El justo perece, y no hay quien piense en ello;
y los hombres de bien son recogidos, sin que nadie considere
que delante de la maldad es recogido el justo.- Entrará en la paz; descansarán en sus lechos todos los que andan delante de Dios.
- Pero vosotros acercaos acá, hijos de agorera, generación del adúltero y de la ramera.
- ¿De quién os mofáis? ¿Contra quién ensancháis la boca y sacáis la lengua?
¿No sois vosotros hijos de rebelión, descendencia de mentira,- que os encendéis en los ídolos bajo todo árbol frondoso, sacrificando los hijos en los arroyos, bajo las hendiduras de las peñas?
- En las piedras lisas del arroyo está tu parte; ellas, ellas son tu suerte;
también a ellas derramaste libación, ofreciste ofrenda.
¿Me habré de consolar con estas cosas?
- Sobre un monte alto y elevado pusiste tu cama; allí también subiste a ofrecer sacrificio.
- Y tras la puerta y el umbral pusiste tu memoria;
pues te descubriste a otro que no soy yo, y subiste, ensanchaste tu cama,
e hiciste pacto con ellos; amaste su cama donde veías la mano.- Y te fuiste al rey con ungüento, y multiplicaste tus perfumes,
y enviaste tus embajadores lejos, y te abajaste hasta el Seol.
- Te cansaste con la largura de tu camino, pero no dijiste: No hay esperanza.
Hallaste aliento en tu mano, por tanto no te desalentaste.- ¿Y de quién te asustaste y temiste, que mentiste, y no te acordaste de mí, ni te diste a mí en tu corazón?
No es que yo me haya ocultado, ni que haya sido un Dios a distancia.- Yo publicaré tu justicia y tus obras, que no te aprovecharán.
- Cuando clames, que te libren tus ídolos; pero el viento se los llevará, un soplo los arrebatará;
pero el que en mí confía heredará la tierra, y poseerá mi santo monte.- Y dirá: Allanad, allanad, preparad el camino, quitad los tropiezos del camino de mi pueblo.
- Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo:
Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu,
para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
- Porque no contenderé para siempre, ni estaré siempre enojado;
porque el espíritu se agotaría delante de mí, y las almas que yo he hecho.- Por la iniquidad de su codicia me enojé y lo herí, me escondí y me enojé;
pero él se fue rebelando por el camino de su corazón.- He visto sus caminos, y le sanaré; le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados,
- creando fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al que está cerca, dijo Jehová; y lo sanaré.
- Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.
- No hay paz para los impíos, dijo mi Dios.
Explicación de los versículos de Isaías 57
Desglosamos Isaías 57 versículo por versículo, explorando las profundas observaciones del profeta sobre la justicia, la idolatría y la redención. Este análisis no solo ofrece una interpretación textual, sino también reflexiones aplicables a nuestro entendimiento moderno de la fe y la moralidad.
“El justo perece, y no hay quien piense en ello; y los hombres de bien son recogidos, sin que nadie considere que delante de la maldad es recogido el justo.“
Este versículo refleja la triste realidad de que a menudo, la sociedad no valora ni reconoce la muerte de los justos. La indiferencia hacia la pérdida de personas rectas sugiere una desensibilización frente a la virtud en un mundo corrompido.
“Entrará en la paz; descansarán en sus lechos todos los que andan delante de Dios.“
A pesar de la indiferencia del mundo, aquellos que viven una vida de rectitud encontrarán paz y descanso eterno, una promesa divina de consuelo y recompensa más allá de la vida terrenal.
“Pero vosotros acercaos acá, hijos de agorera, generación del adúltero y de la ramera.“
Isaías se dirige directamente a los corruptos e idólatras, marcando un fuerte contraste entre los justos mencionados anteriormente y aquellos que han elegido un camino de inmoralidad.
“¿De quién os mofáis? ¿Contra quién ensancháis la boca y sacáis la lengua? ¿No sois vosotros hijos de rebelión, descendencia de mentira,“
Este versículo critica la arrogancia y el desdén de aquellos que se burlan de la piedad, destacando su origen en la rebelión y la falsedad.
“que os encendéis en los ídolos bajo todo árbol frondoso, sacrificando los hijos en los arroyos, bajo las hendiduras de las peñas?“
Aquí, Isaías condena las prácticas idólatras extremas, incluyendo el sacrificio de niños, mostrando la profundidad de la depravación a la que algunos han llegado.
“En las piedras lisas del arroyo está tu parte; ellas, ellas son tu suerte; también a ellas derramaste libación, ofreciste ofrenda. ¿Me habré de consolar con estas cosas?“
El profeta expresa la futilidad de confiar en ídolos inanimados, cuestionando cómo tales prácticas podrían proporcionar consuelo verdadero.
“Sobre un monte alto y elevado pusiste tu cama; allí también subiste a ofrecer sacrificio.“
Este versículo simboliza el esfuerzo que los idólatras hacen para elevar sus falsos dioses, literal y figurativamente, colocándolos en pedestales altos.
“Y tras la puerta y el umbral pusiste tu memoria; pues te descubriste a otro que no soy yo, y subiste, ensanchaste tu cama, e hiciste pacto con ellos; amaste su cama donde veías la mano.“
Isaías lamenta cómo el pueblo ha abandonado a Dios para seguir ídolos, ilustrando la infidelidad espiritual como una traición conyugal.
“Y te fuiste al rey con ungüento, y multiplicaste tus perfumes, y enviaste tus embajadores lejos, y te abajaste hasta el Seol.“
El profeta critica los intentos de ganar favor mediante regalos y alianzas con poderes terrenales, lo que lleva a una degradación moral y espiritual.
“Te cansaste con la largura de tu camino, pero no dijiste: No hay esperanza. Hallaste aliento en tu mano, por tanto no te desalentaste.“
A pesar de la fatiga y el desaliento, Isaías señala que el pueblo persistió en sus caminos erróneos, encontrando falsa esperanza en sus propias acciones.
“¿Y de quién te asustaste y temiste, que mentiste, y no te acordaste de mí, ni te diste a mí en tu corazón? No es que yo me haya ocultado, ni que haya sido un Dios a distancia.“
Dios cuestiona la falta de fe del pueblo, recordándoles que siempre ha estado presente y accesible, a pesar de sus temores infundados hacia otros.
“Yo publicaré tu justicia y tus obras, que no te aprovecharán.“
Este versículo advierte que las acciones injustas del pueblo serán expuestas y no les traerán ningún beneficio real.
“Cuando clames, que te libren tus ídolos; pero el viento se los llevará, un soplo los arrebatará; pero el que en mí confía heredará la tierra, y poseerá mi santo monte.“
Isaías predice que en tiempos de angustia, los ídolos serán inútiles, mientras que aquellos que confían en Dios recibirán verdadera herencia y bendiciones.
“Y dirá: Allanad, allanad, preparad el camino, quitad los tropiezos del camino de mi pueblo.“
Este llamado a preparar el camino para Dios sugiere una invitación a la reforma y la purificación espiritual.
“Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.“
Dios se revela como un refugio para los humildes y quebrantados, ofreciendo renovación y vida a aquellos que se acercan a Él con un corazón sincero.
“Porque no contenderé para siempre, ni estaré siempre enojado; porque el espíritu se agotaría delante de mí, y las almas que yo he hecho.“
Dios expresa su deseo de no permanecer en ira, destacando su paciencia y su esperanza en la restauración de la humanidad.
“Por la iniquidad de su codicia me enojé y lo herí, me escondí y me enojé; pero él se fue rebelando por el camino de su corazón.“
Aunque Dios ha tenido que castigar la codicia, su enojo es una respuesta a la continua rebelión del pueblo.
“He visto sus caminos, y le sanaré; le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados, creando fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al que está cerca, dijo Jehová; y lo sanaré.“
A pesar de los errores del pueblo, Dios promete sanación, guía y consuelo, ofreciendo paz a todos, tanto cercanos como lejanos.
“Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.“
Los impíos son comparados con un mar turbulento, incapaz de encontrar paz o estabilidad.
“No hay paz para los impíos, dijo mi Dios.“
Este versículo final reafirma que sin justicia y sin Dios, no puede haber verdadera paz.
Significado y reflexión final sobre Isaías 57
Isaías 57 nos confronta con una poderosa reflexión sobre la justicia, la idolatría y la redención. A través de este capítulo, somos testigos de la dualidad de la naturaleza humana y la constante misericordia de Dios. La crítica hacia aquellos que se desvían del camino de la rectitud y optan por la idolatría nos recuerda la importancia de mantener nuestras creencias y acciones alineadas con los valores divinos.
El capítulo nos enseña que, a pesar de las transgresiones y la rebeldía, Dios siempre está dispuesto a ofrecer sanación y paz a aquellos que se arrepienten y buscan su presencia. Esta disposición divina para perdonar y restaurar es un llamado a la reflexión personal sobre cómo enfrentamos nuestros propios errores y cómo buscamos la redención.
En nuestras vidas, podemos aplicar estas enseñanzas reconociendo los momentos en los que, quizás sin darnos cuenta, nos hemos alejado de los principios que promueven la justicia y la bondad. Isaías 57 nos anima a evaluar nuestras propias prácticas: ¿Estamos, de alguna manera, sacrificando nuestros valores más elevados por conveniencias temporales o ganancias materiales? ¿Cómo podemos, como individuos y como comunidad, volver a un camino que esté en armonía con los deseos divinos?
Este capítulo no solo es un recordatorio de las consecuencias de nuestras elecciones, sino también una promesa de que nunca es demasiado tarde para cambiar y recibir la gracia de Dios. La paz y la sanación están al alcance de todos aquellos que, sinceramente, buscan mejorar y alinear sus vidas con los dictados de la fe.
Esperamos que esta reflexión sobre Isaías 57 te inspire a continuar explorando y profundizando en tu camino espiritual. Te invitamos a descubrir más enseñanzas y guía en los diversos artículos disponibles en Tu Biblia Online, donde cada texto está pensado para ayudarte a crecer en entendimiento y devoción.