Isaías 65 es un capítulo que destaca por su profundidad y relevancia, ofreciendo una visión esperanzadora y a la vez desafiante sobre el futuro y la relación del pueblo con Dios. En este pasaje, encontramos promesas divinas de renovación y redención, así como advertencias serias sobre las consecuencias de la desobediencia y el olvido de los caminos de Dios.
Este capítulo no solo es un llamado a la reflexión sobre la justicia y la misericordia divinas, sino también una invitación a imaginar un mundo transformado por la presencia constante de Dios.
Isaías 65 al completo en español y letra grande
Isaías 65
- Yo me dejé buscar de los que no preguntaban por mí; me dejé hallar de los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí.
- Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, que anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos;
- pueblo que en mi cara provoca de continuo, sacrificando en huertos, y quemando incienso sobre ladrillos;
- que moran en sepulcros, y pasan la noche en lugares secretos; que comen carne de cerdo, y caldo de cosas inmundas está en sus vasijas;
- que dicen: Estáte en lo tuyo, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú. Estos son humo en mis narices, fuego que arde todo el día.
- He aquí que está escrito delante de mí: no callaré, sino que recompensaré, y daré el pago en su seno,
- vuestras iniquidades y las iniquidades de vuestros padres juntamente, dice Jehová, que quemaron incienso en los montes, y me afrentaron sobre los collados; por tanto, yo les mediré su obra antigua en su seno.
- Así dice Jehová: Como cuando se halla mosto en el racimo, y se dice: No lo destruyas, porque bendición hay en él, así haré yo por amor de mis siervos, para no destruirlos todo.
- Y sacaré de Jacob descendencia, y de Judá heredero de mis montes; y mis escogidos heredarán la tierra, y mis siervos habitarán allí.
- Y Sarón será majada de rebaños, y el valle de Acor lugar de reposo de ganados, para mi pueblo que me buscó.
- Pero vosotros los que dejáis a Jehová, que olvidáis mi santo monte, que aderezáis mesa para la Fortuna, y ofrecéis libaciones para el Destino;
- yo os destinaré a la espada, y todos vosotros os inclinaréis al degüello; porque cuando llamé, no respondisteis; cuando hablé, no oísteis, sino que hicisteis lo malo delante de mis ojos, y escogisteis lo que no me complacía.
- Por tanto, así dice el Señor Jehová: He aquí que mis siervos comerán, pero vosotros tendréis hambre; he aquí que mis siervos beberán, pero vosotros tendréis sed; he aquí que mis siervos se alegrarán, pero vosotros seréis avergonzados;
- he aquí que mis siervos cantarán por el gozo del corazón, pero vosotros clamaréis por el dolor del corazón, y aullaréis por la angustia del espíritu.
- Y dejaréis vuestro nombre para maldición a mis escogidos, y el Señor Jehová te matará; y a sus siervos llamará con otro nombre.
- De manera que el que se bendiga en la tierra, se bendecirá en el Dios de verdad; y el que jure en la tierra, jurará por el Dios de verdad; porque las angustias primeras serán olvidadas, y porque serán escondidas de mis ojos.
- Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento.
- Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo.
- Y me alegraré en Jerusalén, y me gozaré en mi pueblo; y no se oirá más en ella voz de llanto, ni voz de clamor.
- No habrá más allí niño que viva pocos días, ni anciano que no cumpla sus días; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito.
- Y edificarán casas, y habitarán en ellas; y plantarán viñas, y comerán su fruto.
- No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos.
- No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos.
- Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído.
- El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león como el buey comerá paja, y el polvo será el alimento de la serpiente. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte, dice Jehová.
Explicación de los versículos de Isaías 65
Desglosamos Isaías 65 versículo por versículo, proporcionando una interpretación detallada que nos permite comprender mejor las promesas y advertencias que Dios transmite a través del profeta Isaías. Este análisis nos ayudará a reflexionar sobre la relevancia de estas enseñanzas en nuestra vida contemporánea.
“Yo me dejé buscar de los que no preguntaban por mí; me dejé hallar de los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí.“
Este versículo resalta la gracia y la misericordia de Dios, quien se revela incluso a aquellos que no lo buscan activamente. La repetición de “Heme aquí, heme aquí” subraya la disponibilidad y el deseo de Dios de ser encontrado y conocido por todos.
“Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, que anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos;“
Aquí, Dios expresa su frustración y paciencia con un pueblo obstinado que sigue sus propios caminos en lugar de los divinos. La imagen de Dios extendiendo sus manos todo el día simboliza su constante oferta de reconciliación y guía.
“pueblo que en mi cara provoca de continuo, sacrificando en huertos, y quemando incienso sobre ladrillos;“
Este versículo denota la idolatría y las prácticas paganas que el pueblo ha adoptado, provocando a Dios con rituales que son abominables a sus ojos. La referencia a “sacrificando en huertos” y “quemando incienso sobre ladrillos” indica prácticas religiosas que son contrarias a las leyes y mandamientos divinos.
“que moran en sepulcros, y pasan la noche en lugares secretos; que comen carne de cerdo, y caldo de cosas inmundas está en sus vasijas;“
Estos comportamientos destacan la impureza ritual y moral del pueblo. Vivir en sepulcros y consumir alimentos prohibidos son símbolos de su profunda contaminación espiritual y desobediencia a las leyes de Dios.
“que dicen: Estáte en lo tuyo, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú. Estos son humo en mis narices, fuego que arde todo el día.“
La ironía de este versículo es palpable, ya que aquellos que se consideran santos son en realidad los que más provocan a Dios. Su actitud de superioridad y autojustificación es como “humo en las narices” de Dios, una molestia constante y ofensiva.
“He aquí que está escrito delante de mí: no callaré, sino que recompensaré, y daré el pago en su seno,“
Dios advierte que no permanecerá en silencio ante tales ofensas. La promesa de recompensar y dar pago sugiere que habrá una retribución justa y directa por las acciones del pueblo.
“vuestras iniquidades y las iniquidades de vuestros padres juntamente, dice Jehová, que quemaron incienso en los montes, y me afrentaron sobre los collados; por tanto, yo les mediré su obra antigua en su seno.“
Este versículo conecta las transgresiones actuales con las de generaciones anteriores, indicando que la justicia divina abarca tanto los pecados presentes como los históricos. La medida de justicia será proporcional a sus actos.
Cada versículo de Isaías 65 nos muestra un aspecto diferente de la relación entre Dios y su pueblo, destacando temas de justicia, misericordia y juicio que son esenciales para entender la naturaleza de Dios y nuestra propia conducta en respuesta a su llamado.
Significado y reflexión final sobre Isaías 65
Isaías 65 nos ofrece una visión profunda de la justicia divina y la misericordia, mostrando cómo Dios responde a la infidelidad y la idolatría con promesas de renovación y castigo. Este capítulo nos enseña sobre la importancia de la obediencia y la fidelidad a Dios, y cómo nuestras acciones tienen consecuencias directas tanto en nuestra relación con Él como en nuestro destino.
La dualidad de la misericordia y el juicio en Isaías 65 nos recuerda que, mientras Dios está siempre dispuesto a extender su gracia a aquellos que lo buscan, también es un Dios de justicia que no ignora el pecado. Este equilibrio entre gracia y justicia es fundamental para entender la naturaleza de Dios y cómo debemos acercarnos a Él.
Podemos aplicar las enseñanzas de este capítulo en nuestra vida diaria al evaluar nuestras propias acciones y comportamientos. ¿Estamos siguiendo nuestros propios deseos sin considerar la voluntad de Dios? ¿O estamos buscando activamente a Dios y su dirección en nuestras vidas? Isaías 65 nos desafía a reflexionar sobre estas preguntas y a buscar una relación más profunda y comprometida con nuestro Creador.
Concluyendo, Isaías 65 no solo es un recordatorio de la soberanía y la santidad de Dios, sino también una invitación a vivir una vida que refleje nuestro compromiso con Él. Este capítulo nos alienta a alejarnos de la complacencia y a buscar activamente la presencia de Dios en cada aspecto de nuestras vidas.
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