Levítico 11

¿Tenemos los cristianos algunos alimentos prohibidos? Puede que ya lo sepas, pero la respuesta rápida es que no. Entonces, ¿cómo podemos entender Levítico 11 de la Biblia? Hoy te lo vamos a mostrar con un artículo dedicado enteramente a este capítulo.

Levítico capítulo 11

En muchas religiones puedes encontrar textos sagrados que designan qué dieta deben seguir los creyentes poniendo prohibiciones en determinados animales y plantas.

El motivo principal de estas reglas es mantener la pureza de las personas ante la presencia de Dios, para poder ser dignos de su magnificencia. En la Biblia también encontramos estas restricciones, aunque en el Nuevo Testamento son retiradas.

¿Cuál es el motivo de esta aparente contradicción? ¿Cómo podemos los cristianos ser puros ante los ojos de Dios? Responderemos a estas preguntas en este artículo de Tu Biblia Online dedicado a Levítico 11 de la Biblia y, más profundamente al concepto de pureza espiritual.

Para ello, recorrerás todos los contenidos relacionados con este pasaje de la Biblia, pasando por hechos históricos y otros más espirituales y de reflexión. 

¿Empezamos?

Levítico 11 hablado

Escuchar es la forma más dulce, reconfortante y profunda de recibir la Palabra de Dios. Una voz puede llegar a captar los matices más importantes de un texto y llegar al fondo del corazón provocando una avalancha de sentimientos que te acercan al Señor.

Por este motivo, te dejamos aquí Levítico 11 completo en vídeo; para que sientas esa fuerza de las Sagradas Escrituras y entres en contacto con este precioso texto de la mejor manera posible. Relájate, disfruta y aprovecha para orar el tiempo que necesites.

Levítico Capítulo 11: "Animales limpios e inmundos"

Levítico 11 Reina Valera 1960

Para completar tu conocimiento del texto ahora puedes leerlo en su versión escrita, siendo este en concreto Levítico 11 RVR1960, la traducción más fiel de la Biblia hasta el momento. ¡Fíjate en los detalles que no entiendas y después intentaremos resolverte las dudas en nuestro comentario bíblico!

Animales limpios e inmundos

1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciéndoles: 

2 Hablad a los hijos de Israel y decidles: Estos son los animales que comeréis de entre todos los animales que hay sobre la tierra. 

3 De entre los animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, este comeréis. 

4 Pero de los que rumian o que tienen pezuña, no comeréis estos: el camello, porque rumia pero no tiene pezuña hendida, lo tendréis por inmundo. 

5 También el conejo, porque rumia, pero no tiene pezuña, lo tendréis por inmundo. 

6 Asimismo la liebre, porque rumia, pero no tiene pezuña, la tendréis por inmunda. 

7 También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo. 

8 De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por inmundos.

9 Esto comeréis de todos los animales que viven en las aguas: todos los que tienen aletas y escamas en las aguas del mar, y en los ríos, estos comeréis. 

10 Pero todos los que no tienen aletas ni escamas en el mar y en los ríos, así de todo lo que se mueve como de toda cosa viviente que está en las aguas, los tendréis en abominación. 

11 Os serán, pues, abominación; de su carne no comeréis, y abominaréis sus cuerpos muertos. 

12 Todo lo que no tuviere aletas y escamas en las aguas, lo tendréis en abominación.

13 Y de las aves, estas tendréis en abominación; no se comerán, serán abominación: el águila, el quebrantahuesos, el azor, 

14 el gallinazo, el milano según su especie; 

15 todo cuervo según su especie; 

16 el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán según su especie; 

17 el búho, el somormujo, el ibis, 

18 el calamón, el pelícano, el buitre, 

19 la cigüeña, la garza según su especie, la abubilla y el murciélago.

20 Todo insecto alado que anduviere sobre cuatro patas, tendréis en abominación. 

21 Pero esto comeréis de todo insecto alado que anda sobre cuatro patas, que tuviere piernas además de sus patas para saltar con ellas sobre la tierra; 

22 estos comeréis de ellos: la langosta según su especie, el langostín según su especie, el argol según su especie, y el hagab según su especie. 

23 Todo insecto alado que tenga cuatro patas, tendréis en abominación.

24 Y por estas cosas seréis inmundos; cualquiera que tocare sus cuerpos muertos será inmundo hasta la noche, 

25 y cualquiera que llevare algo de sus cadáveres lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche. 

26 Todo animal de pezuña, pero que no tiene pezuña hendida, ni rumia, tendréis por inmundo; y cualquiera que los tocare será inmundo. 

27 Y de todos los animales que andan en cuatro patas, tendréis por inmundo a cualquiera que ande sobre sus garras; y todo el que tocare sus cadáveres será inmundo hasta la noche. 

28 Y el que llevare sus cadáveres, lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; los tendréis por inmundos.

29 Y tendréis por inmundos a estos animales que se mueven sobre la tierra: la comadreja, el ratón, la rana según su especie, 

30 el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la lagartija y el camaleón. 

31 Estos tendréis por inmundos de entre los animales que se mueven, y cualquiera que los tocare cuando estuvieren muertos será inmundo hasta la noche. 

32 Y todo aquello sobre lo que cayere algo de ellos después de muertos, será inmundo; sea cosa de madera, vestido, piel, saco, sea cualquier instrumento con que se trabaja, será metido en agua, y quedará inmundo hasta la noche; entonces quedará limpio. 

33 Toda vasija de barro dentro de la cual cayere alguno de ellos será inmunda, así como todo lo que estuviere en ella, y quebraréis la vasija. 

34 Todo alimento que se come, sobre el cual cayere el agua de tales vasijas, será inmundo; y toda bebida que hubiere en esas vasijas será inmunda. 

35 Todo aquello sobre lo que cayere parte del cadáver de ellos será inmundo; el horno u hornillos se derribarán; son inmundos, y por inmundos los tendréis. 

36 Con todo, la fuente y la cisterna donde se recogen aguas serán limpias; mas lo que hubiere tocado en los cadáveres será inmundo. 

37 Y si cayere algo de los cadáveres sobre alguna semilla que se haya de sembrar, será limpia. 

38 Mas si se hubiere puesto agua en la semilla, y cayere algo de los cadáveres sobre ella, la tendréis por inmunda.

39 Y si algún animal que tuviereis para comer muriere, el que tocare su cadáver será inmundo hasta la noche. 

40 Y el que comiere del cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la noche; asimismo el que sacare el cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la noche.

41 Y todo reptil que se arrastra sobre la tierra es abominación; no se comerá. 

42 Todo lo que anda sobre el pecho, y todo lo que anda sobre cuatro o más patas, de todo animal que se arrastra sobre la tierra, no lo comeréis, porque es abominación. 

43 No hagáis abominables vuestras personas con ningún animal que se arrastra, ni os contaminéis con ellos, ni seáis inmundos por ellos. 

44 Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra. 

45 Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo.

46 Esta es la ley acerca de las bestias, y las aves, y todo ser viviente que se mueve en las aguas, y todo animal que se arrastra sobre la tierra, 

47 para hacer diferencia entre lo inmundo y lo limpio, y entre los animales que se pueden comer y los animales que no se pueden comer.

Explicación y significado de Levítico 11 

  • Comentario Bíblico Levítico 11

El texto en su sentido literal es claro y no necesita de mucha explicación: hay ciertos animales que no se deben comer ni tampoco tocar una vez muertos, ya que contaminarían nuestra persona. 

Esto es especialmente claro en el caso del cerdo, versículo Levítico 11:7, que como bien se sabe actualmente, el consumo inadecuado de su carne puede provocar enfermedades parasitarias graves, intratables con los métodos medicinales de aquel momento.

Por otro lado, se consideran puros los peces de los ríos y los mares como bien puedes ver en Levítico 11:9, dada la poca contaminación de las aguas de la época. Los científicos han demostrado en numerosas ocasiones que una dieta rica en pescado es muy beneficiosa para la salud, de modo que el conocimiento del antiguo pueblo judío iba mucho más allá del resto de civilizaciones.

En Levítico 11:17 y Levítico 11:19 vemos la clara prohibición de comer animales voladores exóticos como cigüeñas, búhos o murciélagos. La consumición de estos últimos en algunos lugares del mundo ha tenido mucha repercusión en los últimos tiempos, siendo el posible origen de la pandemia del coronavirus.

Así pues, los judíos tenían un alto conocimiento gracias a la ayuda de Dios sobre qué animales podían ser ingeridos y cuáles no; evitando numerosas epidemias que sí que afectaron a otros pueblos en el resto del mundo.

Reflexión de Levítico 11

Sin embargo, más allá de esta interpretación literal del texto, se esconde un mensaje mucho más importante sobre la santificación de las personas

En el Nuevo Testamento encontramos el versículo Marcos 7:15, en el que Jesús mismo retira estas prohibiciones remarcando que somos las personas quienes, con nuestro pecado, contaminamos la perfecta creación de Dios:

Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre.” (Marcos 7:15)

Entonces, el problema va más allá de la dieta: la purificación debe ser algo más interno, algo espiritual. Para ello, el Señor envió a su hijo Jesús que cargó en la cruz todos nuestros pecados y nos dio la forma de salvarnos.

La confesión, el perdón y la oración son las maneras de santificarnos y ser dignos del amor de Dios. Aparte de las necesidades humanas terrenales, los cristianos debemos nutrirnos de la Palabra de Dios y cumplir con lo que dice uno de los versículos más relevantes de este capítulo, Levítico 11:44:

“Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra.”

Finalmente, pues, vemos que no hay ninguna contradicción entre los Evangelios y Levítico, dado que los cristianos debemos buscar santificarnos nutriéndonos de cosas celestiales como la Palabra de Dios y no dejarnos contaminar por el pecado que habita en el mundo.

Contexto de Levítico 11

Es difícil de entender los capítulos de Levítico sin antes conocer el contexto del libro y a quién va dirigido, dado que son unos textos de gran antigüedad que difícilmente encajan con nuestra concepción de la vida actual.

Levítico es uno de los cinco libros que tradicionalmente se atribuyen a Moisés, siendo este el tercero de ellos, correspondiente a un momento de madurez de su vida en la que el pueblo de Israel ya se había asentado en su tierra.

Con Levítico, el Señor pretende dar a los fieles del momento unas instrucciones sobre rituales de sacrificio, sacerdocio y pureza para que sean dignos de recibirlo en sus corazones.

Gracias a ello, también se establecieron en la sociedad de la época unas conductas de sanidad que evitaron muchas enfermedades infecciosas como la lepra y otras de un carácter más interno dadas por alimentos contaminados.

Así pues, Levítico es un texto muy caracterizado por su contexto, dada que su interpretación literal fue útil solo en el momento de su escritura y los años posteriores, aunque hoy en día sigue siendo un libro de referencia para muchos judíos.

Sin embargo, su interpretación puede ir más allá y tocar temas importantes también para nosotros los cristianos como la pureza y los rituales necesarios para amar al Señor.

Tras esta reflexión hecha des de nuestro punto de vista, solo nos queda recomendarte que tengas una dieta equilibrada, adaptada según tu país y tus ideales y que siempre seas agradecido con el Señor por darnos un plato para comer.

Después de este breve comentario, nosotros nos despedimos agradeciéndote a ti tu apoyo y deseando que hayas pasado un bonito rato en compañía de Dios aprendiendo las maravillas de nuestra religión.

¡Hasta la próxima!

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