Salmo 70 al completo, con explicación y significado

El Salmo 70 es una súplica apasionada y urgente dirigida a Dios, pidiendo liberación y ayuda en tiempos de adversidad. Este salmo, breve pero intenso, destaca por su inmediata llamada a la acción divina, mostrando la profunda dependencia del ser humano hacia la gracia y el socorro de Dios.

Si estás buscando entender mejor cómo las escrituras abordan la necesidad humana de salvación y respuesta rápida, sigue leyendo para descubrir la profundidad y relevancia del Salmo 70.

Salmo 70 al completo en español y letra grande

Salmo 70

  1. Oh Dios, acude a librarme;
    Señor, date prisa en socorrerme.
  2. Sean avergonzados y confundidos
    los que buscan mi vida;
    Vuelvan atrás y sean avergonzados
    los que mi mal desean.
  3. Sean vueltos atrás en pago de su afrenta

los que dicen: ¡Ah! ¡Ah!

  1. Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan,
    y los que aman tu salvación digan siempre:
    ¡Dios sea exaltado!
  2. Yo soy pobre y necesitado;
    Dios, apresúrate a mí.
    Tú eres mi ayuda y mi libertador;
    Señor, no te detengas.

Explicación de los versículos de Salmo 70

Desglosamos el Salmo 70 versículo por versículo, analizando su llamado urgente a Dios por ayuda y protección. Este análisis nos permite profundizar en la relación entre la súplica humana y la respuesta divina, ofreciendo una perspectiva enriquecedora sobre la fe y la confianza en Dios.

Oh Dios, acude a librarme; Señor, date prisa en socorrerme.

Este versículo expresa una solicitud inmediata y desesperada de ayuda. La repetición de llamados urgentes a Dios (“acude”, “date prisa”) subraya la situación crítica en la que se encuentra el salmista, mostrando su total dependencia de Dios para la liberación.

Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; Vuelvan atrás y sean avergonzados los que mi mal desean.

Aquí, el salmista pide que sus enemigos, aquellos que desean su mal, sean frustrados y avergonzados. Este versículo no solo refleja la angustia del salmista sino también su deseo de justicia divina contra quienes le acosan.

Sean vueltos atrás en pago de su afrenta los que dicen: ¡Ah! ¡Ah!

El salmista invoca una retribución para aquellos que se burlan o se regocijan en su sufrimiento. Las exclamaciones “¡Ah! ¡Ah!” ilustran la burla y el escarnio que él enfrenta, y su petición es que esta mofa se vuelva contra ellos como castigo.

Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, y los que aman tu salvación digan siempre: ¡Dios sea exaltado!

Este versículo cambia el tono de la súplica a una de alabanza y gozo para aquellos que buscan a Dios. Resalta la comunidad de creyentes que, a diferencia de los enemigos del salmista, encuentran su alegría y salvación en Dios. Es un llamado a que todos los fieles exalten a Dios continuamente.

Yo soy pobre y necesitado; Dios, apresúrate a mí. Tú eres mi ayuda y mi libertador; Señor, no te detengas.

Finalmente, el salmista se describe a sí mismo como “pobre y necesitado”, enfatizando su vulnerabilidad y la urgencia de su petición. Reafirma su confianza en Dios como su única ayuda y salvador, implorando que Dios no tarde en venir en su auxilio.

A través de este salmo, observamos cómo la urgencia y la adversidad pueden intensificar la fe y la dependencia en Dios, mientras que también se invoca la justicia contra los opresores y se celebra la comunidad de los fieles.

Significado y reflexión final sobre Salmo 70

El Salmo 70 nos ofrece una poderosa lección sobre la urgencia de la oración y la confianza en Dios en momentos de angustia. Este salmo nos recuerda que, independientemente de las adversidades que enfrentemos, podemos y debemos acudir rápidamente a Dios, quien es nuestro socorro y liberador en tiempos de necesidad. La inmediatez con la que el salmista clama a Dios refleja una relación de profunda dependencia y fe, un modelo que podemos aplicar en nuestras propias vidas cuando nos sintamos amenazados o abrumados por las circunstancias.

Además, este salmo destaca la importancia de la justicia divina y el apoyo a los fieles que buscan a Dios con corazón sincero. Nos enseña a mantener la esperanza y a celebrar la presencia de Dios en nuestras vidas, incluso cuando nos encontramos en situaciones desesperadas. La invitación a que los fieles se regocijen y exalten a Dios nos motiva a mantener una perspectiva positiva y agradecida, reconociendo siempre la soberanía y la bondad de Dios.

Reflexionar sobre este salmo nos impulsa a evaluar cómo enfrentamos nuestras propias luchas y a qué velocidad recurrimos a Dios en busca de ayuda. Nos anima a vivir con una fe activa y dinámica que busca a Dios no solo en tiempos de calma, sino con urgencia y fervor cuando más lo necesitamos.

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