Este salmo, escrito por Asaf, un líder musical en la época del rey David, es más que un grito de dolor. Es una súplica por justicia, restauración y misericordia. Y aunque se escribió hace siglos, su mensaje sigue resonando hoy. Porque, ¿quién no ha sentido alguna vez la necesidad de clamar a Dios pidiendo que haga justicia?
Acompáñame en este recorrido por el Salmo 79, donde descubriremos no solo el sufrimiento de Israel, sino también cómo este pasaje nos habla de esperanza, fe y resistencia en tiempos de prueba.
Salmo 79 al completo en español
Salmo 79
- Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad;
Han profanado tu santo templo;
Han convertido a Jerusalén en montones de escombros.- Han dado los cuerpos de tus siervos por comida a las aves de los cielos,
La carne de tus santos a las bestias de la tierra.- Han derramado su sangre como agua en derredor de Jerusalén,
Y no hay quien les dé sepultura.
- Somos afrenta de nuestros vecinos,
Escarnio y burla de los que están en nuestros alrededores.- ¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Estarás airado para siempre?
¿Arderá como fuego tu celo?- Derrama tu ira sobre las naciones que no te conocen,
Y sobre los reinos que no invocan tu nombre.
- Porque han consumido a Jacob,
Y su morada han asolado.- No recuerdes contra nosotros las iniquidades de nuestros antepasados;
Vengan pronto tus misericordias a encontrarnos,
Porque estamos muy abatidos.- Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre;
Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.
- ¿Por qué han de decir las naciones: “¿Dónde está su Dios?”
Sea notoria en las naciones, en nuestra vista,
La venganza de la sangre de tus siervos que ha sido derramada.- Llegue delante de ti el gemido de los presos;
Conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte.- Y devuelve a nuestros vecinos en su seno siete veces tanto
La afrenta con que te han afrentado, oh Señor.
- Y nosotros, tu pueblo y ovejas de tu prado,
Te alabaremos para siempre;
De generación en generación cantaremos tus alabanzas.
Explicación de los versículos de Salmo 79
Este salmo comienza con un tono de profunda tristeza y desesperación. El pueblo de Israel ha sido invadido, su templo ha sido profanado y su ciudad, destruida. El sufrimiento es real y no hay forma de ocultarlo.
“Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad; han profanado tu santo templo; han convertido a Jerusalén en montones de escombros.”
Imagínate ver tu hogar destruido, lo más sagrado para ti reducido a ruinas. Así se sentían los israelitas en ese momento. Este versículo refleja esa sensación de desamparo y pérdida que, de alguna manera, todos hemos experimentado en algún momento de la vida.
La injusticia y el clamor por justicia
“Han dado los cuerpos de tus siervos por comida a las aves de los cielos, la carne de tus santos a las bestias de la tierra.”
Aquí Asaf describe una escena terrible: los fieles han sido asesinados y ni siquiera han recibido un entierro digno. Es el colmo de la injusticia. ¿Cuántas veces hemos visto situaciones en el mundo que nos hacen preguntarnos: “Señor, ¿dónde estás?”?
Pero lo más impactante es lo que viene después:
“¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Estarás airado para siempre?”
Este grito de “¿hasta cuándo?” es algo con lo que muchos podemos identificarnos. A veces, parece que el mal avanza sin freno y que Dios no interviene. Sin embargo, lo que este salmo nos enseña es que podemos hablar con Dios con total honestidad. Él no se ofende cuando le preguntamos, cuando le decimos que necesitamos su ayuda.
La esperanza en medio de la prueba
En la segunda mitad del salmo, el tono cambia. Asaf ya no solo clama por justicia, sino que también pide misericordia y salvación:
“No recuerdes contra nosotros las iniquidades de nuestros antepasados; vengan pronto tus misericordias a encontrarnos, porque estamos muy abatidos.”
Aquí hay un reconocimiento de que, aunque el pueblo ha sufrido, también ha cometido errores. En lugar de quedarse solo en el lamento, buscan el perdón de Dios y su ayuda.
A veces, cuando estamos en crisis, nos enfocamos solo en lo malo que nos está pasando. Pero el Salmo 79 nos enseña que también debemos mirar hacia adentro, reconocer nuestras fallas y pedir a Dios que nos renueve.
Y la última parte del salmo nos deja un mensaje de esperanza y gratitud:
“Y nosotros, tu pueblo y ovejas de tu prado, te alabaremos para siempre; de generación en generación cantaremos tus alabanzas.”
Es increíble cómo, a pesar de todo, el salmo termina con una promesa de alabanza. Nos recuerda que nuestra relación con Dios no depende de las circunstancias, sino de quién es Él.
Reflexión final: ¿Qué nos enseña el Salmo 79 hoy?
Este salmo nos deja grandes lecciones para nuestra vida:
- Está bien clamar a Dios en medio del dolor. No debemos esconder lo que sentimos; Él nos escucha.
- La injusticia no es el final. Aunque a veces parezca que el mal triunfa, Dios tiene la última palabra.
- No solo pidamos justicia, sino también misericordia. Necesitamos de su gracia tanto como pedimos su intervención.
- Aún en la prueba, sigamos confiando. Dios sigue siendo digno de alabanza, incluso cuando no entendemos sus planes.
Si hoy sientes que la injusticia te abruma o que Dios parece estar en silencio, recuerda este salmo. Clama a Él, confía y espera, porque su justicia y misericordia nunca fallan. 🙏